Viene en 3 colores: Cosmos Black, Time Grey y Snow White, y la verdad es que este último se me hizo precioso, el contraste del blanco con los detalles metalizados de la parrilla frontal me resultó muy atractivo. En la conducción se nota que le toma un poco de tiempo arrancar, pero ya en movimiento tiene una muy buena respuesta. Yendo de copiloto y pasajero pude sentir que el coche tenía un muy buen agarre en las curvas, se sentía estable. Cuenta con una amplia cajuela propia de un sedán, y a pesar de estar pensado para ser un auto citadino puedes cargar sin problema tu equipaje para viajes más largos. El tablero cuenta con un diseño sobrio con detalles satinados que le dan un aire bastante elegante, además de incluir una pantalla táctil giratoria de 12.8 pulgadas, algo ya característico de los autos de BYD.

Los asientos son amplios y cómodos, cuentan con un acabado en piel sintética perforada suave y muy agradable al tacto, pero que bajo el sol no puede evitar resultar un tanto calurosa. El espacio en el frente es sumamente amplio, en la parte de atrás también cuenta con un espacio cómodo pero la altura de los asientos delanteros no permite estirar los pies por debajo de estos. El volante cuenta con un recorte en la parte inferior que BYD ya ha estado introduciendo en sus últimos modelos para dar un mayor espacio a las piernas al momento de sentarse. El acabado se siente con muy buen agarre y ergonómico, además de incluir unas costuras en el perímetro interior que le agregan un poco de color. Me pareció una propuesta muy interesante por parte de BYD, con un sistema innovador y un diseño moderno y llamativo. Personalmente no disfruto tanto de los autos largos, pero pues este al ser un sedán promete ese espacio al interior.